
Río cuando los vacíos llegan a mi oído
lloro estando sentado en la cuerda de mi razón
me enfado cuando mi boca se convierte en sapo
bailo para alejarme de mis nombres.
Resbalo observando las sugerencias de sus miradas
me pesa estabilizar el corazón
lucho contra la lucha, ¡que pérdida de tiempo!
embeleso al pensamiento para dirigir la acción.
Revuelto con los consentidos de siglos
atento a la astucia de sus decisiones
me levanto y los dejo detrás de la ironía
estrujada por los tirones de hierro.
Lanzo el arco contra la flecha,
me cansé de jugar con la diana
expulsé a los ídolos de las ruinas
vago por la imaginación de los semejantes.