domingo, 31 de enero de 2010

Diez años...después



En algún momento, en algún tiempo, en un determinado lugar apareceré como trotamundos que regresé para decirte lo mucho que me importastes, lo mucho que te recordé, tanto que te añoré.

Solo me quedará la verdad que me diste, la sinceridad de tus ojos perdidos en ilusiones y te preguntaré ¿por qué me dejaste marchar?

Te busqué en muchas otras almas, en otros misterios...en filosofías que no eran la tuya, en las tierras exóticas de tus aventuras.

Quise sentir el paseo por tus aguas, tu piel acorralada en mis brazos y en esa libertad que no existe más que en tu interior. Quise amarte en blanco y negro, caí en los colores de tu mente para confundir los míos; yo que no vi más allá de mis limites, que equivocación el llevarte conmigo.

No perdonaré el haberte conocido, una tortura que llevo por amar lo que no pude tener, lo que no puedo poseer, lo que no podré tocar.

Crueles son tus palabras, tu sonrisa cuando no va dirigida a mi,el movimiento de tus manos definiendo tu interior y luchando contra mi.

Abriste el anhelo de otros senderos, distintas formas de escuchar el cielo, de andar en el mar, ¿quién te dio permiso para descuadrar mi mundo? ¿para derrocar mis seguridades?

Yo que quise ser más por ti, que difícil contentar tu sed de VIVIR, de explorar, de ignorar lo existente para construir no se qué...

No puedo seguirte y eso hace que te desee aún más, que sienta tu perdida como llagas en mis sueños.

Mientras tú, intentas cada día escapar de esta realidad que mata tu sensibilidad nacida sin rumbo e inventas letras y letras a un lado, a otro, por mi ventana, en el aire de mi respiración.

Eres un recuerdo del presente y una desolación en mi futuro, una tormenta de mujer que anuló mis cimientos por no entender tus estrellas, que son el reflejo de tu mente inquietante y tus devaneos con el destino.

Luchas contra todo y contra todos, no reparas en lo que cada día dejas atrás, buscas y buscas imposibles para poder conquistarlos, valiente como pocas, no temes, salvo las debilidades que no puedes someter con tu razonamiento.

Tus sombras iluminan el atardecer y parecen perdonarme por no saber compartir lo invisible que hay en ti, desesperado diez años después te veo y mis defensas se vienen abajo, lo sabes, pero sigues tu camino sin querer responder a mis mensajes ni a mis besos...


(He reproducido tus palabras con mis formas, algunas son “sic”, espero que pasen otros diez años y me mires con la misma profundidad en el recuerdo )

Foto-Prueba de edición de una composición ficticia hace diez años-