domingo, 6 de septiembre de 2009

Mis hombres de barro (personal)



Cuando los miro con los ojos del tiempo contemplo la ternura de mis sentimientos y la dureza de mis silencios, los recuerdo con cierta tristeza salpicada de una mordedura de alegría por haberlos dejado en el camino. Sin ellos no hubiera podido profundizar en los rincones más escondidos de mi alma y mi mente.

Tentaciones de vidas convencionales sin el más mínimo resquicio de inquietudes por descubrir otras almas, otros cuerpos que hicieran estremecerme por la sorpresa del placer más allá de la evidencia física, de la química del reconocimiento energético, de la sacudida del corazón al mirarlos por primera vez con los límites del espacio.

Recorrer sus ojos, aún ahora, me transporta a un mundo de ilusorios sentimientos primitivos de enamoramiento…¡tan mágicos! que me quedaría a vivir en ese segundo donde sus intensas miradas se quedaron en la mía, volviendo de nuevo a ellos con toda la frialdad controlada de la que era capaz de establecer en mis pupilas, para que ni el más leve resquicio de interés pudiera presuponer el pellizco de la intuición.

El aliento de mi boca quedaba encerrado en la garganta, recluido en mi pecho, el misterio llegaba como un pozo cuyo final era imposible de ver con los sentidos reconocidos, necesitaban utilizar otras vías de seducción mucho más profundas para poder rozar algo que ni siquiera sabian.

Comenzaba entonces el juego del conocimiento, la intriga de descubrirse ante el otro, tan sólo con la intensidad y el deseo con que cargábamos esas miradas furtivas donde se escapaba una parte de los sentidos más ocultos sin racionalizarlos, era un excitante juego mecánico tantas veces utilizado, pero a la vez tan único…, que es imposible que se repita de la misma forma, jamás en estas dimensiones.

Las sensaciones se unían al instinto conformando una espiral que comenzaba a deslizarse con un leve cosquilleo desde Venus, pasando por la fuerza eléctrica de Urano anidando en el estomago, para llegar hasta mi lengua, arrastrando la imaginación a nuestras mentes, donde lo desconocido nacía convirtiendo a la serpiente en un monstruo o un hado lujurioso de futuro.

El alma se ilumina, se enfunda en la esperanza de un encuentro, donde el destino prevalece con su impasible veredicto. Las latitudes se alejan sin ninguna compasión por las oratorias de mis ilusiones; los ciclos de mi historia se repiten de forma incesante, busco pero no encuentro la esencia de los ojos que miro, no quiero aprender de los segundos pasados, me revelo contra lo que esta preparado para mi , no quiero mirar más allá de aquello que quiero mirar, sin comprender que los ojos que quiero mirar son los míos, busco aquello que tengo… en otros, busco mi reflejo y no lo encuentro, porqué quizás deba buscar otras incógnitas aún no resueltas.

Quiero que entres en mi con sabiduría , con el reflejo de lo sagrado, con el aplomo de la verdad, con la diferencia del que piensa y se desarrolla en el espíritu, con la osadía y la precaución del valiente, con el hielo y el fuego de las almas que saben lo que han encontrado; la afinidad de su propia esencia.

La exclusividad de los momentos se enredaban por la piel pidiendo premura en la incertidumbre de un acercamiento que se podía o no producir. Los sentidos más profundos de resolución se despiertan y entran en los sueños que anhelamos sin tan siquiera conocerlos.

Impaciencia de saber su cuerpo, de explorar su olor, de meditar en su mente y metabolizar sus sentimientos, ahogarme en ellos para poder nuevamente nacer en mi. Que sus manos ericen el aire para que llegue el baile, que no quede ni un espacio donde el viento pueda permanecer quieto, donde la inspiración de sentido a mis palabras y pueda finalmente averiguar que fórmula mueve el mundo de las letras enlazadas bajo los signos de la razón.

Varios mundos unidos con un solo vértice, la sorpresa de miradas que se funden en una, estelas luminosas, perecederas donde se encierra la belleza del enigma de la construcción a voluntad, quizás sea ese mi destino, querer hacer de lo que no existe una realidad palpable más allá de los tiempos que nos han correspondido. Intentar edificar en el aire con los mismos materiales que en la tierra…imposible según las multitudes, pero en realidad, esas, nunca me han interesado… solo aquellos ojos que miraron y recordaron siguiendo sus caminos.

A todos aquellos que lo sintieron.



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