Azote de vientos en las alas, cristales que emergen de un rumbo perdido como mares de lujuria que recuerdan lo que las almas pierden una y otra vez, su verdadera emoción. Buscandose en otros, sin piedad de sus rostros, rasgan, lesionan, invertebrados sentimientos; compasión de sus corazones, nunca de sus acciones, maltrechas lanzaderas de amor viciado hacía un universo sin color.
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